Un ruido misterioso
Son las once de la noche. Llevo ya dando vueltas más de media hora y las musas no me ayudan. Como siga así, el "profe" de Lengua me va a poner un negativo Pero... ¿qué es eso? Parecen cristales rotos, ahí abajo, en el jardín. Está todo oscuro…. Y mis padres ya duermen. Mi hermana Lucía ronca y yo me muero de miedo. Se me ocurre despertar a mi hermana e investigar (yo sola no bajo ni loca…..)¡Ah! No os había contado que mi hermana y yo somos “detectives” (por llamarlo de alguna manera)
-¡Lucía, despierta! Algo pasa en el jardín y creo que es interesante ¡Vamos, despierta ya! -susurro a mi hermana.
Pero ella ni se inmuta. Pienso en echarle agua como en las películas americanas tontas. No, eso es demasiado cruel. ¡Ah, ya sé! Enciendo todas las luces y …. ¡despierta!
Y ya las dos, con las zapatillas del Cola-Cao (esas que lucen) puestas y las linternas en la mano, bajamos muy despacio las escaleras al salón. Intentamos abrir la puerta. ¡Estupendo, las llaves las han quitado mis padres.
-A la “habita” de papá y mamá no. Nos mandarán a la cama y ahora no tengo sueño -me dice Lucía.
Por fin conseguimos salir al jardín. Hace frío y está oscuro, pero nosotras con nuestros superabrigos, nuestras super zapatillas y nuestras superlinternas lo tenemos todo controlado.
Al final, el ruido ese era de una farola que se había caído y cuyo cristal había estallado.
-Cuando se lo contemos a mamá y a papá, ya verás qué risas nos pasamos -decimos las dos a coro.
-Anda, vámonos a acostar antes de que se enteren.
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