Era una hermosa noche de verano, y para ser mas exactos mi noche preferida, en la que mi barrio celebra la mejor verbena que he visto en toda mi vida y a la que mis amigas y yo no podríamos asistir al estar castigadas por razones que no vienen a cuento.
Estábamos todas encerradas en la habitación de María mientras oíamos el murmullo de la gente y nos llegaba el olor del chocolate que tanto nos gustaba. Pasado un rato, a Paula se le alegró la cara y dijo:
-¿Por qué no nos escapamos? Seguro que si conseguimos que no nos vean nuestros padres y estamos aquí cuando ellos vuelvan, podremos disfrutar aunque sólo sea un poco de la mejor noche del año.
-Paula tiene razón. Es muy buena idea -dijo Carmen.
-Estoy de acuerdo- añadió María. Y en ese mismo instante empezamos a planear nuestra huida.
Cuando conseguimos salir de la casa, empezó nuestra diversión.

FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recuerda que tus comentarios son importantes. Por ello, sé respetuoso siempre y fírmalos.