miércoles, 1 de diciembre de 2010

La verbena, por Pilar García

   Era una hermosa noche de verano, y para ser mas exactos mi noche preferida, en la que mi barrio celebra la mejor verbena que he visto en toda mi vida y a la que mis amigas y yo no podríamos asistir al estar castigadas por razones que no vienen a cuento.

    Estábamos todas encerradas en la habitación de María mientras oíamos el murmullo de la gente y nos llegaba el olor del chocolate que tanto nos gustaba. Pasado un rato, a Paula se le alegró la cara y dijo:
    -¿Por qué no nos escapamos? Seguro que si conseguimos que no nos vean nuestros padres y estamos aquí cuando ellos vuelvan, podremos disfrutar aunque sólo sea un poco de la mejor noche del año.
    -Paula tiene razón. Es muy buena idea -dijo Carmen.
    -Estoy de acuerdo- añadió María. Y en ese mismo instante empezamos a planear nuestra huida.
    Cuando conseguimos salir de la casa, empezó nuestra diversión.
    Al principio no sabíamos qué hacer; pero de repente empezó a sonar la música del baile que llevábamos ensayando todo aquel tiempo y... Después nos tomamos cada una dos tazas de chocolate. A continuación, participamos en los juegos que se organizaban. ¡Fue una noche perfecta! Aunque, por un descuido, debido a la emoción que sentíamos, se nos olvidó que no nos podían ver. Nos triplicaron el castigo; pero no nos importó mucho, la verdad, ya que fue una noche para recordar.


FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerda que tus comentarios son importantes. Por ello, sé respetuoso siempre y fírmalos.